Se habla de un nuevo ''Apagón''. ¿Es cierto? ¿Cuando socederá?
Una de las preguntas que surgen ahora es si puede volver a ocurrir otro apagón eléctrico generalizado. Un experto del sector energético explica si el apagón podría volver a producirse en los próximos meses
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12/1/20259 min read
lo ocurrido con el apagón del 28 de abril de 2025 en la península ibérica, las predicciones que circulaban en internet, y la posibilidad de que se repita dan para un buen artículo. Voy a desglosarlo de forma transparente, señalando lo que sabemos —y lo que no—, por qué algunas personas pudieron “predecir” el apagón en redes, por qué esas “predicciones” no son fiables, y lo que dicen los expertos sobre si es probable o no que haya otro apagón similar.
¿Qué sabemos del apagón del 28 de abril de 2025?
Ese día, a las 12:33 (hora peninsular), se produjo un apagón masivo que afectó a prácticamente toda la península ibérica: España peninsular, Portugal continental, Andorra, y algunas zonas del sur de Francia.
Según los datos oficiales, en cuestión de segundos desaparecieron unos 15 gigavatios de potencia aproximadamente el 60 % de la electricidad que se estaba consumiendo en ese momento—.
Ese colapso dejó a millones de personas sin luz, telecomunicaciones, internet, transporte público, semáforos, cajeros, etc.
La recuperación fue gradual: parte del suministro volvió esa misma tarde o noche; pero en algunas zonas tardó más.
El apagón tuvo un impacto muy grave —muchas infraestructuras quedaron inutilizadas, hubo personas que, por ejemplo, dependían de respiradores, sistemas médicos básicos, o se quedaron atrapadas en ascensores o trenes.
Tras una investigación oficial, el Red Eléctrica de España (REE) y el gobierno descartaron que se tratara de un ciberataque.
Una comisión de expertos independientes (coordinada por ENTSO‑E, la red europea de operadores de sistemas de electricidad) concluyó que la causa fue una “falla multifactorial”: oscilaciones de tensión (voltaje), inestabilidad en la red, debilidad en la generación síncrona, insuficiente margen de seguridad, y una planificación deficiente.
En otras palabras: no fue un fallo puntual de una central, ni un saboteo; sino una serie de problemas técnicos y estructurales que se combinaron en el momento exacto —un “efecto dominó” eléctrico que colapsó la red.
En resumen: el apagón existió, fue grave, afectó a decenas de millones, y tuvo un origen técnico sistémico.
¿Por qué se hablaba de “predicciones en internet”? ¿Es posible que alguien lo “adivinara”?
Aquí entra lo más delicado. Sí: en las redes sociales y por internet circularon, antes y después del apagón, muchas publicaciones que parecía sugerir que alguien —o varios— “predijeron” un apagón precisamente ese 28 de abril. ¿Cómo es posible? Hay varias razones, pero ninguna que permita sostener que hubo predicción real —es decir, basada en información verificada.
Lo que muchas de esas predicciones eran en realidad: rumores, bulos o interpretaciones vagas
Tras el apagón, proliferaron teorías conspirativas: se habló de “fenómenos atmosféricos raros”, “vibraciones inducidas”, “tormentas solares”, “saboteos”, “experimentos con energías renovables”, “ataques de hackers” o incluso “pruebas globales de desconexión parcial”. Muchos de esos mensajes se difundieron en redes sociales.
Organismos oficiales como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) desmintieron cualquier anomalía meteorológica: no hubo tormentas, ni variaciones dramáticas de temperatura, ni actividad solar extraordinaria ese día.
Medios de verificación (fact‑checkers) advirtieron de muchos “bulos”: vídeos manipulados, fotos satelitales falsas, declaraciones descontextualizadas atribuídas a organismos oficiales, previsiones de apagones globales presentadas como “seguras” sin evidencia, etc.
Por ejemplo, en uno de los artículos de verificación se describe cómo se viralizó un vídeo que “vaticinaba una prueba global de desconexión parcial” para el 28 de abril —pero ese vídeo no mencionaba España ni Portugal, solo hablaba genéricamente de una desconexión global. Una vez que ocurrió el apagón en la península, muchos interpretaron ese vídeo como si hubiera predicho lo que pasó.
En otras palabras: muchas “predicciones” no eran predicciones literales con fecha, país y causa. Eran mensajes crípticos, genéricos o pseudocientíficos —y su vinculación con el apagón real depende de interpretación retroactiva. Ese fenómeno se llama “efecto retrospectivo” (“hindsight bias”): cuando un evento ocurre, la gente recuerda (o altera) sus recuerdos para que parezca que lo habían previsto.
Por qué no pueden tomarse como verdaderas predicciones
No hay fuente fiable que haya alertado públicamente, antes del 28 de abril, de que se avecinaba un apagón masivo en España y Portugal con una descripción aceptablemente precisa (fecha, alcance, causas). Los artículos de verificación lo recalcan.
Las teorías que atribuían el apagón a causas como “vibraciones atmosféricas”, “tormentas solares” o “fenómenos climáticos” han sido desmentidas por meteorólogos, por la AEMET, y por los propios responsables de la red eléctrica.
Las explicaciones oficiales y técnicas actuales coinciden en que el apagón fue un fallo estructural: inestabilidad de voltaje, fallos en la generación/gestión, debilidades en la red, errores de planificación, etc.
Las predicciones “vagamente oscuras” y oportunistas se reactivan cada cierto tiempo —cuando ocurre un apagón, cuando hay una crisis energética, cuando hay cambios en políticas de energía… La gente reinterpretará lo que dijo alguien años antes, como si fuera una “profecía”, aunque no lo fuera.
En conclusión: lo que se difundió como “predicciones en internet” es en gran medida desinformación, bulos o interpretaciones exageradas. No hay evidencia de que alguien realmente supiera con certeza lo que iba a pasar el 28 de abril.
Por qué surgió tanta “predicción” — y por qué se viralizó tanto
Reflexionando para tu blog, merece la pena preguntarse por qué tantas personas estaban predispuestas a creer o difundir ese tipo de predicciones, incluso antes del apagón. Algunas razones:
Miedo e incertidumbre social: vivimos —y vivimos desde hace años— en un contexto de crisis energética, cambio climático, transición verde, debates sobre la estabilidad del sistema eléctrico ante renovables, vulnerabilidad de infraestructuras. En ese contexto, un apagón general suena plausible —y para muchos, casi inevitable.
Efecto de redes sociales y desinformación: plataformas con gran viralidad permiten compartir mensajes alarmistas, llamativos, misteriosos, incluso con “fechas futuras”. Si alguien sugiere “un gran apagón global en 2025”, eso dispara curiosidad, miedo, clics, reactivaciones. Una vez que ocurre algo parecido, muchos sienten que “se confirmó” la predicción.
Seducción de teorías conspirativas: tras un evento tan disruptivo, es natural que aparezcan explicaciones sensacionales —ciberataques, experimentos, manipulaciones. Son más “atractivas” que “fallos técnicos internos”, aunque menos probables. Y resultan viralizables.
Polarización y debates en torno a la transición energética: quienes están en contra de las renovables o temen por la seguridad energética han aprovechado el apagón para argumentar que “depender de energía renovable es arriesgado”. Eso incentiva que “antes” del apagón se disparen mensajes de alerta, y que “después” se reinterpreten como predicciones confirmadas.
¿Entonces… puede haber otro apagón? ¿Qué dicen los expertos?
Analicemos la posibilidad de un nuevo apagón, a la luz de lo que se sabe hoy.
Lo que hace más probable un nuevo fallo — si no se corrigen errores
El informe del apagón firmado por la red de operadores europeos advierte de debilidades estructurales: falta de margen de seguridad, generación síncrona insuficiente, problemas de regulación de tensión, gestión compleja cuando hay alta penetración de energías renovables.
El tipo de apagón ocurrido —un colapso provocado por una cascada de desconexiones tras una oscilación de voltaje— es técnicamente complejo, pero no “imposible de prevenir”. Esto significa que si las mismas condiciones (vulnerabilidad + error en gestión) se repiten, la red podría volver a fallar.
Los expertos advierten de que mantener la seguridad del suministro en una red con alta presencia de renovables requiere inversiones, redundancias, gestión cuidadosa de reservas, regulación de tensión, una buena coordinación —es decir, no basta con “apagar y encender” centrales, sino planificar cuidadosamente.
Pero… que haya probabilidad no significa que sea inevitable — hay factores que reducen el riesgo
El evento del 28‑A ha servido como alerta mayúscula. Muchas de las medidas recomendadas tras el informe se están empezando a aplicar o ya han sido planificadas: revisar protocolos, fortalecer supervisión, asegurar un margen de seguridad, reforzar generación térmica si hace falta, mejorar monitoreo, etc.
El sistema eléctrico —aunque con falencias— tiene regulaciones, controles técnicos, normativas europeas, y existe conciencia política de que un fallo así no puede repetirse. Por tanto, el riesgo puede no ser bajo, pero está en parte mitigado.
Un nuevo “apagón masivo” como el de abril —que afecte simultáneamente a toda la península— requeriría una combinación muy poco probable: errores técnicos, gestión negligente, falta de redundancias, y circunstancias de tensión en la red. Y es posible que, tras la experiencia, las autoridades actúen para evitarlo.
En resumen: sí, existe riesgo de que ocurra otro apagón serio, especialmente si no se corrigen las vulnerabilidades de fondo. Pero no hay evidencia de que alguien pueda “predecir” su fecha exacta; un apagón, hoy por hoy, es un fallo sistémico, no un evento previsible con precisión.
RECOMENDACIONES EN CASO DE UN APAGÓN ELECTRICO.
Equipamiento básico
Ten a mano linternas y baterías de repuesto (evita velas si es posible).
Carga power banks y baterías externas.
Mantén un botiquín accesible.
Ten agua embotellada y alimentos no perecederos.
Considera tener un cargador solar o una radio de emergencia.
Documentos e información
Guarda documentos importantes en un lugar fácil de encontrar.
Ten anotados números de emergencia y contactos importantes.
Casa segura
Verifica que los interruptores, enchufes y cables estén en buen estado.
Si usas dispositivos médicos eléctricos, asegúrate de tener un plan alterno (baterías, generador, clínica cercana).
Durante el apagón
Seguridad primero
Desconecta electrodomésticos para evitar daños cuando vuelva la electricidad.
Mantén solo una luz encendida para saber cuándo regresa la energía.
Evita usar velas si hay niños o mascotas; si las usas, colócalas en bases firmes.
Refrigeración
No abras el refrigerador si no es necesario; así conserva el frío por más tiempo.
Refrigerador: hasta 4 horas sin abrir.
Congelador lleno: hasta 48 horas; medio lleno: 24 horas.
Comunicaciones
Usa el teléfono solo para lo necesario; activa el modo ahorro de energía.
Si tienes radio a baterías, úsala para noticias o alertas.
Temperatura
En calor: mantente hidratado, permanece en áreas sombreadas.
En frío: viste varias capas de ropa, usa mantas y mantén una habitación cerrada para conservar el calor.
Después del apagón
Revisiones
Espera unos minutos antes de reconectar aparatos eléctricos sensibles.
Revisa si algún alimento en el refrigerador pudo descomponerse.
Restablece relojes, alarmas, routers y otros dispositivos.
Seguridad eléctrica
Si notas olor a quemado, cables calientes o chispas, corta la corriente desde el interruptor general y llama a un técnico.
Si el apagón es prolongado
Usa centros de carga comunitarios o puntos oficiales si existen.
Mantén la calma y evita riesgos con generadores (si los usas, siempre fuera de casa por la emisión de monóxido de carbono)..
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