España aplasta a Alemania y rompe récord histórico en fútbol femenino

victoria rotunda y título

El 2 de diciembre de 2025, en un Estadio Riyadh Air Metropolitano repleto — con 55.843 personas, cifra histórica que bate el récord de asistencia para un partido de la selección femenina en España — la Selección Española Femenina derrotó a Alemania por 3‑0 y se proclamó campeona de la UEFA Women’s Nations League 2025.

El marcador se abrió a los 60 minutos, cuando Claudia Pina hizo el 1‑0 con un disparo desde el borde del área tras una jugada colectiva que rompió la defensa alemana.Después, en el 68′, Vicky López — con solo 19 años — anotó el segundo con un gran disparo colocado.

Para rematar, Pina firmó su doblete al minuto 74, con otro disparo desde fuera del área clavado en la escuadra.

Con ese resultado, España revalida un título que ya ganó en 2024, convirtiéndose en la primera selección en lograr la Nations League en sus dos ediciones hasta ahora.

Un nuevo paradigma del fútbol femenino español

El triunfo no es solo un partido ganado: representa una consolidación definitiva de lo que muchos ya llaman una “generación de oro” del fútbol femenino en España. A pesar de bajas sensibles — como la de Aitana Bonmatí, lesionada días antes — el equipo mostró carácter, cohesión y talento.

Este resultado refuerza la idea de que la selección ya no depende únicamente de una o dos figuras: el relevo generacional, con jugadoras como Pina o López, está consolidado y responde en los momentos clave.

Récord de asistencia y respaldo masivo

El hecho de juntar casi 56.000 personas en las gradas demuestra que el fútbol femenino ha dejado de ser marginal. El público respondió, la afición acudió, y el estadio vivió una noche de celebración compartida. Esto también envía un mensaje claro: el femenino tiene mercado, pasión y futuro.

Superación y resiliencia

Alemania era — y sigue siendo — un rival histórico, con palmarés y tradición. España no le había ganado en 90 minutos en muchos de los precedentes, y en la ida de la final habían empatado 0-0, con dominio germano. Pero en Madrid todo cambió: el guion se rompió, la presión funcionó, la estrategia ofensiva dio frutos y la ilusión se materializó en goles.